Esta campaña presidencial y congresal pasará a la historia republicana como la campaña más desprolija e improvisada de nuestra historia reciente, por lo menos desde el retorno después de 1979. Es totalmente deplorable que a estas alturas de la campaña no tengamos ni claridad en cuáles son los candidatos que van a correr.
Quizá la ausencia de debates, de propuestas, la mediatización chicha de los candidatos, la frondosa legislación electoral que fue aprobada para intentar blindar a los partidos políticos permitiéndoles retirarse de la campaña política ya habiéndose presentado para la contienda, la lenidad del JNE sus continuas contradicciones, y el enfoque que se le ha puesto al sensacionalismo sibilino, hace que a casi tres semanas de campaña, no hayamos tenido una campaña en la que el ciudadano pueda hacerse una idea de lo que puede esperar.
Y Arequipa, no ha sido la excepción. Los candidatos presidenciales han pasado sin llenar las expectativas de Arequipa. Según la última encuesta de IPSOS, tras la exclusión de Guzmán en el Sur, cerca de 19% votaría nulo o viciado, y 13 % en blanco, es decir que el Sur todavía anda en busca de candidato, quizá por eso Barnechea vino a Arequipa, Puno y Juliaca con un discurso anti-fujimorista que tuvo impacto en el elector arequipeño, veremos cómo le va a PPK y a García en Arequipa. Pero más allá de algunas excepciones no ha habido discusión pública de los principales problemas de la Región.
En la encuesta publicada hace dos semanas por el Instituto Gobierno y Desarrollo Humano en la Edición Regional de la República, un dato nos llamó la atención. Casi el 70% de los encuestados en Arequipa, no saben o no precisan por qué votarán para el Congreso de la República. No es un dato menor, es un drama tristísimo. La población arequipeña no se identifica mayoritariamente con ningún candidato al Congreso.
Las bancadas del Congreso cumple la función se ser bisagras entre las insufribles problemas de la Región Arequipa, y el gobierno central, sin una bancada sólida —por más que pertenezca a distintos partidos políticos— la Región es olvidada y postergada pues no existen congresistas que puedan llevar los reclamos de la Región a la discusión nacional, y aquí no pierden los poderosos, sino fundamentalmente los alcaldes de las provincias más pequeñas que deben enfrentar tortuosas y despiadadas gestiones en Lima especialmente ante los Ministerios, que serían imposibles de suceder sin la presencia de un congresista mediador. Entonces caemos en el viejo círculo, cómo no hay representación sólida, los alcaldes recurren a medios inmorales alternativos, como la coima para acelerar la ejecución de obras, es decir se germina mayor corrupción.
Todavía más grave es que muchas de las listas congresales por Arequipa hayan sido finalmente y en última instancia excluidas del proceso, por la inexperiencia y vulneración de la legislación electoral vigente. Por ejemplo el Frente Amplio de Verónika Mendoza, no cuenta con lista congresal para Arequipa, pues ha sido declarada improcedente. Cómo será posible un gobierno nacional donde se prioricen los temas de la Región Arequipa, sino en esta agrupación no existirá bancada parlamentaria de Arequipa. Las listas de Keiko Fujimori, PPK, Alfredo Barnechea y Alan García continúan en carrera, pero la ausencia de debates programáticos nos ha hecho imposible escucharlos en campaña, la mayoría de la población arequipeña desconoce qué principios defenderán estos candidatos al congreso.
Esta ausencia sólo es posible de ser entendida por la centralización de la campaña electoral en el debate presidencial, pero habría que llamar la atención de la sociedad civil. Hemos tenido una experiencia terrible con congresistas que llegaron al Congreso y más allá de ser fieles operadores del gobierno de turno, no desplegaron ninguna agenda política regional, y desde hace muchos años Arequipa ha sido olvidada en el gran debate nacional. Es que sin congresistas que defiendan la agenda regional y la impulsen, Arequipa nuevamente será postergada en las decisiones del Ejecutivo: ahí está nuestro Sistema Integral de Transporte, dormido y precario, nuestras redes de salud colapsadas, nuestro sistema de alcantarillado inservible, todos estos proyectos no serán impulsados sin una bancada sólida, que pueda ser esa bisagra activa entre los gobiernos locales y regionales y el gobierno central. No digan que no lo advertimos.