El corazón partío

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Un análisis epidérmico del opinólogo neoliberal del proceso electoral apuntaría a resaltar la victoria del modelo y la derrota del antisistema. Como Keiko Fujimori y PPK, representan propuestas pro-mercado y de apertura a los grandes dogmas del capitalismo financiero, el modelo ha vencido.

Nada más falso. O en todo caso impreciso. El sistema tiene ciertas maneras de defenderse, pero es inevitable no advertir que puede comenzar a morir de éxito, que no sería sino la única forma que tiene de morir en el Perú. Y cuando hablamos de modelo hablamos del combo: sistema de democrático y económico. Si no es hoy será en cinco años. Pero que no quepa duda que si no hay ajustes serios políticos y económicos al modelo moribundo, la posibilidad que en cinco años un gobierno antisistema —y no hablamos aquí de Verónika Mendoza— sino una propuesta como la de Goyo Santos, encuentre un bolsón electoral muy seductor y agudice las contradicciones, pariendo sabe Dios qué nueva creatura.

Keiko Fujimori, no es una candidata de derecha típica, el fujimorismo es un populismo de derecha autoritario, pero esencialmente es un populismo. Si Keiko en los siguientes días quiere disparar contra la CONFIEP, lo va a poder hacer a discreción y no hay quien pueda evitarlo. Salvo el poder todo es ilusión, y con una bancada de 68-71 congresistas, resulta muy ingenuo pensar que va a tener que hacer pactos políticos contranatura y respetar dogmas económicos que eran innegociables. Su capacidad de llegar al voto rural del sur, va a estar directamente relacionada con esta habilidad crítica.

El fujimorismo, como todo populismo a veces se camufla de nacionalismo, y tiene la virtud de identificar las necesidades de orden, seguridad y trabajo, con mejor fuelle que cualquier otra propuesta. Keiko ha ganado en 18 regiones del Perú, y en el sur, se ha erigido como la segunda propuesta más votada después del Frente Amplio, precisamente por su trabajo político. Keiko puede ganar esta elección a trote y sin mucho esfuerzo.

PPK en cambio tiene que mostrarnos un lado que no ha aparecido en campaña. Su músculo político. Hasta ahora el único argumento que ha sacado de la chistera ha sido que no sería admisible concentrar todo el poder en una sola mano, la de Keiko, pues eso supondría un serio peligro para los contrapesos democráticos. Más allá de ser un argumento válido, el asunto es que Keiko le va a responder sosteniendo que precisamente por ello tienen la capacidad de hacer un gobierno con todas las reformas de seguridad ciudadana, inversión económica, y política social, que ha pensado y que transformaría el Perú.

Además Goyo Santos acaba ya de desairar a PPK y lo ha dejado en ridículo. PPK no atisbó una alianza con Acción Popular, el Apra, u otras fuerzas, sino que su primer reflejo fue buscar a Goyo Santos ¿Esto es serio? A mí no me sorprende, su orfandad política lo deja retratado, y para llegar al poder, todo se vale, incluso la desnaturalización en un pacto contranatura con Goyo Santos. Keiko puede camuflarse e ir de derecha a izquierda, su voto es tan fiel que la seguiría al Hades si fuera necesario. Pero PPK, de ninguna manera puede darse esa licencia, si lo hace perderá el poco crédito que tiene, y eso sólo hará más aplastante la victoria de Keiko en segunda vuelta, y no habrá pacto ni Vargas Llosa que pueda impedir ese desplome.

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